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Esos pequeños detalles...

Alyz

 

Alyz, curioso tema para iniciar esta publicación.

A Alyz la conocí la tarde del Jueves pasado en el local de señoritas de compañía más famoso de Madrid y, probablemente, de España. Jamás había estado allí antes, aunque sabía de sobra su existencia por los comentarios de un compañero de trabajo, en otros tiempos asiduo, y que fue el que me llevó a tomar una copa allí. Debo reconocer que no tuvo que insistir mucho.

Aquello era como el desfile de Miss Mundo y Miss Universo juntos, pero en oscuro por la estudiada iluminación. Decenas de bellísimas mujeres esperaban por grupos la entrada de caballeros deseosos, o no, de compañía femenina. Me llamó la atención lo elegantemente vestidas que iban algunas. Sinceramente me esperaba otra cosa más cutre. Mi compañero lo resumió perfectamente: "la calidad se paga".

Pero, yendo al título de mi primer artículo, voy a hablar de Alyz. Alyz son 177 centímetros de rotunda belleza húngara, una belleza inconmensurable, llamativa, altanera, soberbia, llevada como sólo una mujer muy bella consciente de ello la puede llevar, mirando por encima del hombro a todo el que le rodea.

Alyz y su amiga se nos acercaron, con esa falsa timidez que estas profesionales saben imitar a la perfección. Era pronto y no teníamos ganas de jarana, así que dimos la típica excusa del "disculpadnos, estamos hablando de negocios" y seguimos comentando las incidencias del día de trabajo, mientras admirábamos alguno de los bellezones que paseaban delante nuestras haciéndose las distraídas. Pero el contacto ya estaba hecho, Alyz me había mirado a los ojos, y yo había cometido el error de aguantarle la mirada. Me había enganchado, y ambos éramos conscientes de ello.

A pesar de cambiar de barra en un par de ocasiones, ella estaba siempre allí, destacando entre todas con ese vestido negro ajustado absolutamente precioso, con un escote de vértigo, que le quedaba como un guante y que más tarde descubrí era un modelito de Gucci carísimo, como todo allí.

Obviamente, un tipo tímido como yo es incapaz de entrar a un bellezón como ese, aunque sea en un sitio tan propicio para el ligue (sobre todo si te sobran 1000 euros) como éste del que hablo, asi que tuvo que ser mi amigo quien, en un descuido mío, le dijo algo. Supongo que sería algo ocurrente porque, mientras sus ojos se clavaban en los míos taladrándome ambos hemisferios cerebrales, la diosa se acerco de nuevo a mí. Obviamente la invitamos a una copa y, mientras el colega elegía acompañante, yo estuve algo más de cinco minutos examinando, embobado, a una de las mujeres más guapas y elegantes que he tenido cerca en mi vida.

Uno de mis muchos defectos es que, cuando me pongo nervioso, sudo, y más si voy vestido de traje y corbata. En ese momento estaba muy nervioso. No soy ningún santo, pero no termino de acostumbrarme a este tipo de ambientes, a los que he ido siempre por imperativos laborales y/o profesionales y en los que tengo que reconocer he disfrutado de juergas memorables.

Bueno, que me voy del hilo, estaba sudando como si hubiese terminado la maratón tres minutos antes y entonces, lo hizo, sacó un pañuelo de su pequeño bolso, también de Gucci, y me lo pasó por la frente sonriendo con una suavidad y una dulzura que no puedo definir. Ahí se me terminó el miedo, había decidido conocer a esa chica más en profundidad, dicho ésto en todos los sentidos de la palabra.

Por aquel entonces mi amigo estaba aún sin compañía, y eso podía suponer un problema. Tenemos un pacto de caballeros en estos sitios, si entran dos, salen dos. Así que le tocaba elegir. No es tan especialito como yo para las chicas, así que un brasileña rubia con una sonrisa preciosa fue la elegida.

Y ahí estábamos los cuatro, la verdad es que riéndonos y pasándolo estupendamente. Alyz es una chica muy culta, con estudios universitarios, capaz de expresarse en varios idiomas y con una (preciosa) cabecita muy bien amueblada para los 23 años que dijo tener, con lo que la conversación fue fácil y fluída: viajes, música, coches (encima le gustan los coches!), novios, esposas (ah, se me había olvidado comentar que estoy casado, ese es otro tema que merece un artículo para él solo), trabajo....en fin, una animadísima charla en la que los ojos de Alyz seguían trepanándome el cerebro con su profundidad y perfección.

La tarde se hacía noche y J, mi amigo, dió el paso. Hay que reconocer que se mueve como pez en el agua en clubes como éste. "Vámonos a cenar con ellas fuera". "¿Eso se puede hacer?", fue mi inteligente respuesta. La réplica sí que fue demoledora y sabia: "pagando puedes hacer aquí lo que quieras, o casi".

Las chicas, encantadas con el plan, ya que cobran un pastizal por salir, se quitan los tacones y encima cenan en un restaurante estupendo, lejos de las miradas envidiosas de sus compañeras con menos suerte ese día. Elegimos un fantástico restaurante de comida mediterránea cercano a Serrano y allí nos fuimos los cuatro en un taxi. El Mercedes de J estaba bien aparcado, para qué moverlo tan pronto.

Debo mencionar que las chicas se habían cambiado, sus fantásticos trajes de cocktail se habían convertido en vaqueros (carísimos de marca, of course) y los tacones, en zapatillas (¿sabéis de que marca las de Alyz?, de Gucci, no podía ser otra...). Una de mis máximas: Si una mujer defiende bien los vaqueros es que está muy bien, y éstas dos estaban muy, pero que muy bien.

Si dos chicas jóvenes tan preciosas ya destacan de por sí, si encima van con dos tíos, uno con los cuarenta recien cumplidos, y el otro, J, con 11 años más, imaginaos las miradas en la calle. Mi ego no cabía en la Plaza de Colón. Lo siento por los envidiosos, ella iba conmigo.

La cena fue estupenda, muy divertida, como de pandi. Me encanta que estas chicas sean capaces de hacerte creer que has ligado con ellas de forma tan natural. Creedme, es hasta sano para la mente, te refuerza la autoestima. J y Priscilla, la brasileña, hacía tiempo que llevaban dándose achuchones y morreos. A mi no me salía el impulso, ¡coño, soy un caballero!, con mirar sus ojos y sus larguísimas pestañas tenía suficiente por el momento.

Debo reconocer que soy un tipo ocurrente y divertido, y más con dos gintonics de Beefeater con chorrito de limón exprimido encima y esa noche estuve especialmente inspirado. Hay que dar el do de pecho en las grandes ocasiones, y esta era como jugar la final de la Eurocopa. Resumiendo, in my best...

Vuelvo a decir que soy tímido y patoso, no sé nunca cual es el siguiente paso. Para eso está J, es un crack y la experiencia es la madre de la ciencia. Priscilla conocía un aparthotel muy chic cerca de Princesa. Sitio con mejor nombre no podría habérseme ocurrido ni a mí. Esta vez si que fuimos en el Mercedes.

Ni cojernos de la mano, hasta ese entonces un par de roces, ayudarla a entrar y salir del coche y poco más. No había que forzar nada mientras sus ojos me siguieran mirando. Llegada al hotel, reparto de habitaciones (no era ni de cerca tan chic como contó Priscilita) y primer momento a solas. Me temblaban hasta las patillas de las gafas (que Alyz tardó en reconocer como de Prada en ocho segundos exactos). No es la primera vez que estoy con una profesional, pero estaba entusiasmado e hiperexcitado con la idea de poder besarla, como cuando tenía catorce años...¡qué sensación más fantástica!.

Mientras ponía unas copas, ella encendió una minicadena que tenía la mini suite y estaba sonando una antigua canción de Hall & Oates, Maneater. Lo siento por los que no sepan inglés, pero transcribo la letra de la susodicha canción para que me entendáis mejor y entréis en situación:

She’ll only come out at night
The lean and hungry type
Nothing is new, I’ve seen her here before
Watching and waiting
She’s sitting with you but her eyes are on the door
So many have paid to see
What you think you’re getting for free
The woman is wild, a she-cat tamed by the purr of a Jaguar
Money’s the matter
If you’re in it for love you ain’t gonna get too far

Oh here she comes
Watch out boy she’ll chew you up
Oh here she comes
She’s a maneater
Oh here she comes
Watch out boy she’ll chew you up
Oh here she comes
She’s a maneater

I wouldn’t if I were you
I know what she can do
She’s deadly man, and she could really rip your world apart
Mind over matter
The beauty is there but a beast is in the heart

Oh here she comes
Watch out boy she’ll chew you up
Oh here she comes
She’s a maneater

¡Dios mío, va a acabar conmigo!

No, no fue así. Alyz es dulce, y supo desde el primer momento que yo necesitaba eso, suavidad, lentitud, ternura...el primer beso fue absolutamente sublime. Creo que no le había visto los ojos cerrados hasta ese instante. Del resto no voy a hablar, ya he dicho que soy un caballero.

Alyz es peligrosa, y lo sabe, puede engatusar a quien quiera, y lo sabe, puede engancharte, y lo sabe, pero creo que le toqué la fibra sensible. La trate como a una señora, la hice reir mucho, la escuché mucho y acerté en casi todos mis comentarios. Creedme si os digo que no me olvidará facilmente, y no soy una persona que destaque por su seguridad en las relaciones personales, y menos con las mujeres.

Tengo su número de móvil, de hecho le mandé un mensajito agradeciéndole la fantástica velada. Lo curioso es que me respondió. ¿Pensáis que la llamaré?, pues no tengo ni idea, pero seréis los primeros en saberlo.

Más sobre mis vivencias, en breve.

Disfrutad de los pequeños detalles de la vida, son los únicos que merecen la pena (a no ser que tengáis un roadster, claro).

2 comentarios

Il Conde -

Muchísimas gracias por tus cálidas y amables palabras, Elle. Es la primera vez que hago algo así y se agradecen comentarios como el tuyo, me animan a escribir más.
Me alegra que hayas decidido volver, esta es tu casa, eres mi primera invitada y prometo ser un buen anfitrión.
Suerte y otros mil besos también para tí.
Ciao bella!

ELLE -

Enhorabuena!.

Muy bonito el interface de tu blog, este color barquillo es elegante y, sobre todo, cálido. Como cálida es tu forma de escribir.

He entrado desde forosx, pura curiosidad, y me ha dado muy buenas vibraciones.

No sé mucho de este mundillo, participo en foros y sé lo q me cuentan. Mi vivencia real es muy subjetiva, totalmente a mi aire, soy autodidacta en ésto, como en todo. Jamás he entrado en ningun local ni club.

Me ha gustado saber q hay sitios tan glamourosos donde se pueden encontrar chicas con tanto encanto como la q describes.

Suerte! Vendré a verte de vez en cuando.

Mil besos.